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Un interesante artículo de El País desglosa las cifras de cómo desde los años cincuenta del siglo pasado el consumo de carne ha crecido exponencialmente. Según datos de la FAO, solo entre 1990 y 2012, el número de gallinas en el mundo ha crecido un 104,2%, de 11.788 a 24.705 millones, y el ganado vacuno, muy contaminante para el medio ambiente, ha pasado de 1.445 a 1.684 millones (un 16,5%).
Según este organismo, el ganado tiene un papel muy importante en el cambio climático pues es responsable del 14,5% de las emisiones de carbono. De acuerdo a un estudio de 2013, el consumo de carne crece anualmente además entre 5 y 6%. En pocas palabras, el consumo de carne en los ritmos actuales no es sostenible: “Un kilo de carne es mucho menos sostenible que un kilo de verduras” dice Emilio Martínez de Victoria Muñoz, expresidente del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
En este sentido, más allá de los derechos de los animales o la salud humana, el tema medioambiental será el que nos irá, al menos inicialmente, orillando a disminuir colectivamente el consumo de carne.